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 Artículo N° 1 Montevideo, 1 de julio del 2000


Diseño de una travesía.

Por UyN@utico.          

 

         Pese a que probablemente se trate de algo a lo que todos los navegantes deportivos deberíamos de estar acostumbrados, bien sabemos que en muchos de los casos se trata de un proceso intuitivo y muchas veces por lo menos desprolijo.

        Todos estamos de acuerdo en que nadie relacionado con la náutica deportiva debe esperar a tener una posición fija en su derrota para establecer que rumbo deberá seguir en la travesía.

        He aquí una rutina para  trabajar una derrota y que esperamos sirva para que cada uno determine un procedimiento sistemático para diseñar una travesía.

        1.       La primera aproximación.

          Tan pronto este decidido a emprender una travesía es necesario que la estudie en su totalidad, reuniendo las cartas generales (fundamentalmente en nuestro caso la Nro 5 de SOHMA) y las particulares que cubran los puntos de interés de la travesía. A estos fines es recomendable consultar la Publicación "Catalogo de Cartas Náuticas". Recuerde asegurarse que las mismas estén corregidas y al día. Júntese también con las otras publicaciones náuticas esenciales para conducir la embarcación con seguridad. (Pub. 1 SOHMA “Símbolos y abreviaturas usados en las cartas náuticas uruguayas”; Pub. 3 “Tabla de Mareas”; Pub.   “Lista de Faros y Balizas”; etc.)

          A esta altura es importante obtener la distancia total de la travesía. Aquí aquellos dispuestos a una travesía a motor podrán comenzar a evaluar una idea inicial de velocidad efectiva a desarrollar (va a depender en ultima instancia de las condiciones meteorológicas), los consumos involucrados y la hora deseada de llegada y por ende de zarpada.

          Los navegantes a vela, a esta altura deberán evaluar los posibles vientos y “jugar” un poco sobre la carta, respecto a las alternativas de navegación en torno a la derrota más corta. De este estudio saldrán tiempos mas o menos aproximados de mar y la hora deseada de arribo y las posibles horas de zarpada para cada alternativa.

          Si bien es indudable que la profundidad y extensión de estos preparativos dependerá del grado de familiaridad que cada uno tenga de la zona a navegar, también es cierto que ya en el mar, será demasiado tarde para dedicarse a este estudio. La experiencia enseña que a mejor estudio de la travesía menor será el riesgo que se tenga en ella.

    • 2.       El estudio detallado.
      •     Una vez terminado el estudio preliminar y habiéndose determinado las horas probables de zarpada y arribo puede procederse a un estudio mas detallado de la travesía.
      •     Es conveniente trazar la derrota en la/las cartas generales a emplear o sea, la ruta que uno se propone seguir (generalmente, la mas corta). Trabajar siempre sobre la carta de escala más adecuada disponible, es decir, aquella que nos muestre mejores detalles. Al trazar la derrota, el navegante deportivo debe ir interiorizándose de las zonas que ha de surcar y recoger toda la información disponible al respecto. Lamentablemente no existen derroteros oficiales para embarcaciones deportivas. Argentina tiene editado un derrotero para embarcaciones de porte donde pueden extraerse datos de interés; las revistas de náutica han sacado descripciones de travesías a diversos lugares de nuestra costa; puede consultarse la Guía de Turismo Náutico de Aguas y Costas Uruguayas en venta en nuestra plaza y además, se trata éste de un buen momento para conversar, café mediante, con otros que ya hayan navegado la zona elegida para un buen y adecuado consejo. No descarte de consultar Internet; hay sitios de náutica con toneladas de información. Recuerde que la carta es una herramienta y usted puede escribir en ella aquellos apuntes que crea de interés para consultarlos durante la navegación.
      •     He aquí el momento para evaluar los puntos de recalada. Estos puntos deben ser escogidos cuidadosamente teniendo en cuenta el alcance de horizonte visual, que se trate de una disposición fácil de obtener (un buen través, al sur de …, etc) Si se dispone de navegador satelital (GPS), ahora es el momento para escoger los waypoints para la ruta, determinar sus coordenadas, designarlos y luego de plotearlos de la misma forma en la carta, almacenarlos.
      •     Seguidamente se deben verificar las ayudas luminosas a la navegación que hemos de encontrar a nuestro paso. No es mala idea trazar en la carta las circunferencias de alcance visible de esas luces a partir de la información de la Lista de Faros considerando siempre la altura del ojo del observador. Recuerde que cualquier percance puede demorar su arribo a puerto y aunque se planifique llegar con luz diurna (cosa que recomendamos) puede necesitar la información de las luces cuando ya se encuentre en el mar.
      •     He aquí una lista de cosas que atender al inspeccionar las cartas y datos que conviene registrar en ellas para referencia rápida, aunque no pretende ser “La Lista” (Después de todo cada uno sabe donde le aprieta el zapato).
        • a.       Ayudas y peligros a la navegación que pueden ser avistados, usados o evitados.
        • b.       Declinación magnética actualizada con su signo.
        • c.        Contornos de la costa, pantanos, promontorios, objetos en tierra que puedan afectar la interpretación del radar o que serán de utilidad en la identificación del lugar avistado.
        • d.       Luces, faros, objetos de la costa con sus características detalladas, apariencia de las estructuras, etc. Puede agregarse un diagrama a mano de nuevos edificios, etc. Que normalmente no aparecen en las cartas y sirven de referencia.
        • e.       Lugares para reportar su pasaje frente a las estaciones costeras que, si bien no es obligatorio para embarcaciones deportivas puede ser de gran ayuda en caso de que algo pase.
        • f.        Estaciones de radio donde requerir las condiciones meteorológicas y consejo médico.

      .Resulta conveniente además anotar para consulta, siempre que sea necesario las horas y alturas de mareas, sin duda la duración del día, hora de salida y puesta del sol, periodo de oscuridad y cualquier otro dato de utilidad referente a los puertos o puerto a los que va a ingresar.

    •     Finalmente, habiendo elegidos los lugares mas indicados para recalar y trazado la derrota deseada, podremos obtener la distancia a recorrer, midiéndola siempre en las cartas más particulares que tengamos disponibles. Aquí debemos distinguir nuevamente entre embarcaciones a motor y a vela. Ambas se verán influidas por las condiciones meteorológicas reinantes el día de la zarpada. Las primeras porque durante la navegación real quizás tengan que colocar un aproamiento distinto del rumbo para enfrentar mejor las condiciones de mar y además los consumos se modificaran con las mismas. Las de vela deberán ver como, siguiendo el rumbo base establecido en la derrota, trazan sus bordos acorde al viento relativo existente. No obstante, a esta altura tendremos ya una idea bastante elaborada de cuanto podría llevarnos la travesía en el mejor o peor de los casos y a que hora deberíamos zarpar.
    •     Por supuesto que la aproximación al puerto de llegada debe quedar claramente trazada en el cuarterón correspondiente, señalando claramente respecto a que accidentes del terreno se efectuaran los cambios de rumbo y seguros de que los mismos están libres de peligro. Estos puntos a esta altura ya deberían estar identificados y cargados en el GPS. No olvidemos que en esta etapa de la navegación la escala de la carta es generalmente grande y los tiempos pasan deprisa. Registrar en la carta cuando comunicar a la Estación de Control sobre la aproximación y por que frecuencia.
    •     También es importante dedicarle energías a esta altura a la elección de fondeaderos y puertos de alternativa durante la travesía. Estos deben ser estudiados con la misma atención que los puertos de zarpada y arribada.
    •     Si bien nuestro estudio ya esta prácticamente terminado, es la oportunidad para reunir a aquellos que nos acompañarán en la travesía y compartir con ellos, copa mediante, en que aventura estaremos embarcados. Nunca podremos estar seguros de que nada desagradable pase en el mar (un tripulante al agua, un accidente que involucre justo a quien trazo la derrota, etc) y aun así queremos que nuestra embarcación, conducida por alguien, arribe a puerto seguro. De esta forma todo el mundo abordo sabrá que esta pasando y cuales son los planes.
    •     Nuestro plan ya esta terminado; solo nos resta hacernos a la mar y en este medio que nos es ajeno, conducir nuestra embarcación como la naturaleza nos permita y con la mayor seguridad.

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